📅 Publicado el 15 de julio de 2025
✍️ Por David Azmitia
Una de las frases más repetidas en el cristianismo moderno es:
“Ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia.”
(Según Romanos 6:14)
Y es verdad. Estamos bajo la gracia, gracias al sacrificio de Cristo. Pero también es verdad que esta afirmación se ha malinterpretado profundamente en muchas iglesias contemporáneas, convirtiéndose en una excusa para vivir sin compromiso, sin obediencia y sin santidad.
Cuando Pablo escribió que ya no estamos bajo la ley, no estaba diciendo que la vida cristiana es una zona libre de reglas, sino que no somos justificados por las obras de la ley mosaica (Gálatas 2:16). La salvación es por gracia, mediante la fe (Efesios 2:8–9), pero eso no elimina el llamado a vivir en santidad.
“¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.”
— Romanos 3:31
Muchos creyentes no comprenden que el Nuevo Testamento también tiene mandamientos. Las epístolas están llenas de instrucciones claras: cómo vestir, cómo hablar, cómo tratar a la familia, cómo manejar los deseos, y hasta cómo comportarse en la iglesia.
Pablo no decía: “Sería bueno que hagas esto” — decía:
“Os ruego… que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios”
— Romanos 12:1
Pedro no aconsejaba: “Si te parece bien, sé santo” — decía:
“Sed santos, porque yo soy santo”
— 1 Pedro 1:16, citando a Levítico 11:44
Juan no sugería: “Sería lindo si guardaras los mandamientos” — declaraba:
“El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él.”
— 1 Juan 2:4
En la cultura actual, buscamos todo “light”: comida, compromiso, relaciones... y también fe.
Este “evangelio de dieta” presenta una versión de Cristo sin cruz, una salvación sin arrepentimiento, y una vida cristiana sin sacrificio. Es la fe al gusto del consumidor.
Pero Cristo dijo:
“El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.”
— Mateo 10:38
“Esforzaos por entrar por la puerta angosta…”
— Lucas 13:24
La gracia no es permiso para vivir como queremos, sino poder para vivir como Dios manda.
La santidad no es una opción extra para cristianos “más comprometidos”.
Es la voluntad de Dios para todos sus hijos.
“Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación.”
— 1 Tesalonicenses 4:3
Es difícil, sí. Cuesta, sí. Pero es ahí donde la gracia opera: no solo perdona, también transforma.
Si seguimos buscando atajos, excusas y zonas grises, no estamos viviendo bajo gracia... estamos abusando de ella.
“¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.”
— Romanos 6:15
No necesitamos un evangelio "light". Necesitamos el evangelio completo:
✅ Que salva.
✅ Que limpia.
✅ Que transforma.
📲 Comparte esta reflexión si estás cansado del cristianismo superficial y deseas volver a vivir conforme a la Palabra, no a la cultura.