📅 Publicado el 7 de agosto de 2025
✍️ Por David Azmitia
“¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos.”
— Isaías 66:8
¿Alguna vez sentiste que estás tan desgastado, tan seco por dentro, que ya no hay nada que hacer contigo?
Buenas noticias: Dios no necesita tiempo. Necesita disposición.
Isaías 66:8 es uno de esos versos que no solo hablan de historia… hablan de intervención divina pura. Sion, símbolo del pueblo de Dios, da a luz en un solo día. Sin meses de espera. Sin dolores prolongados. Solo Dios diciendo:
“Ahora es el momento.”
Este principio se repite a lo largo de la Biblia:
Dios puede formar una nueva vida, una nueva identidad, e incluso una nueva nación espiritual en un instante.
“Y se añadieron aquel día como tres mil personas.”
En un solo sermón, tres mil personas nacieron de nuevo.
Lo que para nosotros parecería imposible, para el Espíritu Santo es solo una respiración.
Jesús lo dejó claro:
“El que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.” — Juan 3:3
¿Te das cuenta? Él no vino a mejorarte. Vino a darte una nueva vida desde cero.
Y eso no es una metáfora bonita. Es literal.
La Biblia lo explica así:
“Nueva criatura” — 2 Corintios 5:17
“Trasladado del reino de las tinieblas” — Colosenses 1:13
“Regenerado por el Espíritu” — Tito 3:5
El evangelio no es una autoayuda mejorada.
Es una resurrección interior.
Ahora bien, ¿qué poder es ese que puede lograr semejante cambio?
“Y si el Espíritu de Aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, él también vivificará vuestros cuerpos mortales.”
¿Lo ves?
El mismo Espíritu que sacó a Cristo del sepulcro vive en ti.
Eso no es religión… es poder puro operando en tu alma.
Si te sentís seco, quebrado, sin rumbo... no estás solo.
Ezequiel tuvo una visión muy parecida a cómo muchos viven hoy:
“Vi un valle lleno de huesos secos… y me dijo Dios: profetiza.” — Ezequiel 37
Y cuando lo hizo, el Espíritu sopló sobre esos huesos…
y se convirtieron en un ejército en extremo grande.
No una pila de restos. No una colección de derrotados.
Un ejército.
Tal vez tu vida espiritual se apagó.
Tal vez te alejaste, o nunca naciste de nuevo realmente.
Tal vez sos parte del “pueblo”, pero no del “ejército”.
Hoy, Dios quiere dar a luz algo nuevo en ti. No por religión. No por emoción.
Sino por el poder del Espíritu Santo.
“Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea pronto.” — Isaías 60:22
Cuando Dios da a luz, no solo nacen personas…
nacen llamados, ministerios, misiones, propósitos.
Y lo más hermoso:
No toma años. Solo toma un “sí” sincero.
“Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?”
Sí, Señor. Si tú soplas, vivirán.